Cruz Roja ha prestado primeros auxilios a casi 400 personas en los 50 días que ha estado en Ordesa.

  • El voluntariado ha colaborado con el Parque en tareas de sensibilización e información ambiental.
  • Responsables del espacio protegido y del centro de salud de Broto han expresado su gratitud y reconocimiento por la labor realizada.

“Cuidar a las personas y proteger la naturaleza”. Así ha resumido el presidente de Cruz Roja en Sobrarbe, Jesús Molinero, el trabajo y también la motivación del voluntariado que ha estado, entre el 15 de julio y el 31 de agosto, en el dispositivo de primeros auxilios y sensibilización ambiental en el Parque de Ordesa y Monte Perdido. Ha sido el cuarto verano de una, cada vez más fructífera, colaboración entre Cruz Roja, el Parque y el Ayuntamiento de Torla y que, también, cuenta con otros apoyos y la crucial financiación del MITECO (Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico).

Durante estas últimas siete semanas, los voluntarios y voluntarias han prestado un total de 389 asistencias sanitarias, a 208 a mujeres y 179 a hombres que habían sufrido algún tipo de percance. Y, para que cuadren los números, sumamos otras 2 correspondientes a otros tantos perros que fueron llevados por sus dueños hasta el puesto de primeros auxilios, en la Pradera, para que les fueran curadas las heridas que se hicieron durante su paseo por el espacio protegido.

La demanda de ayuda fue motivada en la mayor parte de las ocasiones por heridas (88), esguinces (75), traumatismos (40), tirones musculares (38) y ampollas (36). El voluntariado también ha prestado socorros en fracturas, quemaduras, picaduras, reacciones alérgicas, crisis de ansiedad, cefaleas, etc.

La mayor parte de las personas atendidas (346) han solicitado la ayuda de forma particular. También el voluntariado de Cruz Roja ha colaborado en asistencias a petición del 112 (25 personas); el helicóptero GREIM (12), y del Parque Nacional (6). Gran parte de los socorros se han realizado in situ (345, bien en el puesto de Pradera o en las propias sendas transitadas por los socorristas; mientras que otros han sido derivados al centro de salud de Biescas, a distintos centros hospitalarios o por los helicópteros del GREIM y del 112.

Los datos registrados por Cruz Roja indican también que el 19 de agosto fue el día que más intervenciones hubo (15), seguido del 22 del mismo mes (14). Por el contrario, las jornadas más tranquilas fueron las del 25 y 31 de agosto (2 asistencias en cada caso).

Los voluntarios y voluntarias también han vivido momentos especialmente tensos, como la jornada en la que se solaparon dos posibles infartos. Mientras colaboraban con el GREIM en el operativo de evacuación y asistencia a una persona con posible ataque cardíaco, les llegó aviso de otro posible infarto en otra parte del Parque. También el caso de una montañera que, al arrastrar unas piedras en su caída, desencadenó que cayeran sobre varios compañeros, que también resultaron heridos. “Los rescató el GREIM y nosotros los fuimos socorriendo en el puesto de Pradera hasta que fueron evacuados a los recursos sanitarios”, recordó Fernando Sarvisé, responsable del dispositivo en Ordesa. En su opinión, la colaboración con los servicios de emergencias, personal del Parque y resto de recursos de la zona ha sido muy buena y confía en que Cruz Roja haya sido útil, toda vez que “en su ADN está el ser auxiliar y colaboradora de las Administraciones Públicas en las actividades humanitarias y sociales”.

El propio Parque ya se ha dirigido a la entidad para agradecer, un año más, la presencia y ayuda que presta a través de su voluntariado. Además, el centro de salud de Broto también ha expresado, en un correo, el agradecimiento de todo el equipo por el “enorme trabajo” realizado por los voluntarios y voluntarias de Cruz Roja “que han desarrollado la atención de emergencia de primera línea en la pradera de Ordesa”. En su misiva, explican que ese trabajo supone para el centro de salud “un filtro importantísimo y la posibilidad de detección temprana de lesiones” y destacan la fluida colaboración habida y que ha redundado en la mejora de la atención a los pacientes.

Sensibilización ambiental

Si bien el socorrismo sanitario es la parte más destacada de la actividad que se desarrolla, no es menos importante la ambiental. En este verano, se ha colaborado con los biólogos del espacio protegido en la recogida de datos para su estudio sobre la Rosalía alpina, una especie de escarabajo en riesgo; y se ha hecho mucha sensibilización ambiental entre los visitantes para enfatizar la trascendencia que tiene respetar escrupulosamente la normativa que rige en ese espacio natural para preservarlo. “En este aspecto es prácticamente imposible cuantificar la intervención, ya que el voluntariado está constantemente recordando la normas y previniendo comportamientos incorrectos, que son muchos, según constatamos”, asegura Sarvisé. Baños en los ríos, perros sueltos o recogida de plantas son muy frecuentes. Además, es habitual ver cómo algunas personas asumen riesgos innecesarios llegando a poner en peligro su integridad física por tomar unas imágenes.

Durante su presencia en el Parque, el voluntariado de Cruz Roja también ha hecho labores de información entre los visitantes, tanto sobre aspectos relacionados con el entorno, sus rutas, parajes, etc. como sobre la importancia de ir dotados del equipamiento, material, agua, y demás imprescindibles para sus excursiones. En este sentido han continuado con las encuestas realizadas en anteriores ediciones de la actividad para perfilar el grado de conocimiento de los riesgos que tienen las personas en el Parque Nacional.

Para el voluntariado, que rota semanalmente en grupos de 10 intervenientes, la experiencia es altamente gratificante. Para algunas de estas personas ha sido su primera vez y confiesa que tiene ganas de repetir y para otros es su cuarta vez. “Me apunté en la primera convocatoria porque la actividad era en montaña y para concienciar a la gente sobre cómo cuidar el parque nacional y la naturaleza y también porque se trataba de socorrer a estas personas en caso necesario.  El primer año me pareció maravillosa la experiencia y el cuarto año, aún mejor. “Hay muy buena sintonía tanto con los guardas del parque, la Guardia Civil, el centro de salud de Broto. Todo son facilidades y la actividad está muy bien organizada y he aprendido mucho y de todos”, afirma uno de los voluntarios y que recoge el sentir de muchos compañeros y compañeras.

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